El envejecimiento, un proceso fisiológico que se caracteriza por una disminución de la velocidad de división celular, un enlentecimiento del recargo de proteínas y de los procesos de síntesis y degradación, así como modificaciones estructurales de las proteínas. En este proceso intervienen múltiples factores: raza, sexo, tipo de piel, herencia, temperamento, genética, alimentación, hábitos, aspectos sociales y geográficos.
¿Las cremas “anti age” puedan detener o revertir este proceso biológico?
La repuesta es un gran: DEPENDE.
De tu tipo de piel, de los ingredientes o activos, del tiempo que se usen. Generalmente, las cremas antiarrugas de venta libre no están clasificadas como medicamentos, por lo que no es requerido que se sometan a investigación científica para probar su efectividad.
Las cremas antiarrugas generalmente son cremas hidratantes con ingredientes activos que ofrecen beneficios adicionales. Estos ingredientes añadidos están destinados a mejorar el tono, la textura, las líneas finas y las arrugas de la piel. La mayoría son de venta libre, lo que quiere decir que no pasan por procesos rigurosos que comprueben su eficacia. Así que, si estás buscando un producto que esté comprobado su eficiencia, opta por los productos dermocosméticos que llevan un proceso más controlado y riguroso de elaboración, registro y autorización.
¿Cuándo debo empezar a cuidar mi piel del envejecimiento?
SIEMPRE, lo único que puede “retrasar” el proceso del envejecimiento son los hábitos diarios. Es muy importante que acudas a un dermatólogo, incluyas una rutina diaria especializada para tu piel y lo complementes con actividad física, hidratación y una buena alimentación.
Referencias:
Pupo, N. J. S., Batista, M. T., Bruzón, R. R., & Sarabia, P. F. Envejecimiento de la piel facial. Caracterización histopatológica cuali-cuantitativa.
https://conganat.uninet.edu/6CVHAP/autores/trabajos/T304/
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/wrinkles/in-depth/wrinkle-creams/art-20047463
https://www.saludymedicina.org/post/cuando-empezar-a-cuidarse-la-piel