¿Alguna vez has sentido un dolor fuerte desde la parte baja de la espalda, que se irradia hasta la pierna o pie? Esa sensación se conoce como ciática y está relacionado a la irritación del nervio ciático. Este nervio es el más grande del cuerpo y se extiende desde la médula espinal, vértebras, glúteos, muslo, rodilla y hasta el borde externo del pie. Puede ser ancho como un dedo de la mano y provocar dolor en músculos y piel que lo rodea, cuando este se comprime.
Existen varias causas que pueden provocar la inflamación del nervio. Entre ellas:
- Hernia de disco vertebral: Cuando un disco, que sirve de amortiguación de las vértebras se desplaza hacia la médula espinal, puede comprimir el nervio ciático. Esta hernia es común en personas que acostumbran a cargar cosas pesadas.
- Estenosis de canal lumbar: El canal óseo que recubre a la médula espinal, puede estrecharse por causa de la artrosis. Cuando esto ocurre, comprime los nervios y puede afectar al nervio ciático de ambos lados. El dolor es progresivo cuando se camina y puede desaparecer al estar sentado.
- Síndrome piriforme: El músculo está en la pelvis y fémur. Generalmente el nervio ciático pasa por debajo del músculo, pero en algunas personas, lo atraviesa y si este músculo se lesiona, puede comprimir el nervio y provocar dolor.
- Fracturas: cualquier fractura en la zona que recorre el nervio, puede comprimirlo y causar mucho dolor.
- Embarazo: El movimiento de los órganos que se encuentran en la pelvis pueden ejercer mucha presión en el nervio mientras crece el bebé. Las contracturas que esto provoca, favorecen la ciática.
El tipo de dolor que provoca la ciática varía en intensidad y generalmente es en un solo lado del cuerpo. En algunos casos es un dolor que dura varios días y en otros puede ser repentino, intenso y provocar incapacidad para moverse. Además, se puede sentir como una lumbalgia. El dolor aumenta con el movimiento y puede aparecer al despertarse por la mañana. La zona que rodea el nervio ciático puede estar sensible, tener hormigueo o entumencimiento. En algunos casos hay debilidad muscular y disminución de reflejos.
El tratamiento de la ciática debe hacerse con supervisión del médico. Puede ser necesario un reposo relativo, en el que la persona no camine mucho ni haga mucho esfuerzo, pero que no permanezca en cama. En los primeros días, se recomienda aplicar frío durante 10 o 15 minutos en la zona afectada y luego calor con mantas eléctricas o bolsas de agua caliente para relajar los músculos. Los masajes son recomendables siempre que sean hechos por profesionales. Las molestias podrían durar un par de semanas. Una persona que ha sufrido de ciática alguna vez, tiene una alta probabilidad de volver a sufrirla si no hay cuidado.
Para prevenir la inflamación del nervio ciático, es importante tomar en cuenta estas recomendaciones:
- Tener un peso adecuado para la talla.
- Caminar al menos 5 horas a la semana.
- Hacer ejercicios para favorecer la musculatura de la espalda como tennis, natación o yoga.
- Cuando una persona se agache, lo debe hacer doblando las rodillas y no la espalda.
- Si se va a cargar algo pesado, usar una faja de soporte para la espalda.
- Apoyar la zona lumbar en un cojín si se va a estar sentado por mucho tiempo.
- Elegir colchones rígidos pero felxibles para que la espalda esté recta.
- No usar zapatos completamente planos.
- Al estar de pie, se debe repartir el peso equitativamente entre las dos piernas.