Un evento traumático como una guerra, un accidente, una catástrofe natural, abusos físicos o violaciones, puede dejar un rastro para toda la vida de quién lo sufrió. El trastorno de estrés postraumático provoca que una persona sienta miedo, temor o estrés una vez que se esté fuera de peligro, e incluso cuando haya pasado algún tiempo de ocurrido el evento.
Los síntomas de TEPT incluyen:
- Recuerdos vívidos del momento. Volverlos a vivir, incluyendo sudoración y palpitaciones.
- Pesadillas, insomnio.
- Sentimiento de soledad y aislamiento.
- Explosiones de ira.
- Sentimientos de preocupación, tristeza o culpa.
- Pensamientos aterradores.
- Pérdida de interés en actividades placenteras.
El trastorno puede aparecer meses o años después de sucedido el evento y puede afectar a cualquier persona. Una muerte inesperada de un familiar, también puede tener como consecuencia el TEPT. Siete de cada 100 personas lo sufrirán en algún momento de sus vidas y es más común en mujeres. En cada persona, el desencadenante puede ser diferente. Objetos, palabras, música u otros factores pueden traer los recuerdos de vuelta.
En los niños, los síntomas pueden ser diferentes. Pueden volver a orinarse en la cama, dejar de hablar, representar la experiencia traumática en el juego o aferrarse fuertemente a una persona.
Es importante buscar ayuda en terapia, familiares o amigos. También, para evitar los sentimientos de culpa y sentirse bien por las decisiones que se tomaron en el evento. Una persona que vive en constante estrés, por ejemplo, en una relación abusiva, tiene mayor riesgo de sufrir trastornos de pánico, depresión o drogadicción.
Este trastorno es una enfermedad real y debe tomarse con seriedad. La atención de un profesional de salud mental es imperativa.