La tortícolis es la contracción de los músculos del cuello que provocan una torsión e inclinación del mismo con mucho dolor. Está asociada a un cambio de postura por un periodo prolongado y con posible radiación del dolor hacia las extremidades. Se diferencia de una contractura muscular justamente en este punto. La contractura, no provoca un cambio de posición del cuello ni dolor relacionado en otras partes del cuerpo.
La tortícolis banal es producida por una mala postura al trabajar o dormir. Si una persona continuamente habla por teléfono sujetándolo entre la oreja y el hombro o mantiene ladeando la cabeza mientras mira el computador o al dormir usa muchas almohadas y lo hace en una mala posición, puede crear este malestar. Otra razón es el cambio brusco de temperatura. Si estás en un lugar muy caliente y de pronto sales al frío, ese cambio puede producir un espasmo muscular y disminución de la circulación sanguínea, lo que hace que el músculo se acorte.
La tortícolis traumática se debe a una lesión provocada por algo externo. Por ejemplo, en caso de un choque, esa sensación de latigazo cervical o al practicar algún deporte de contacto que puede producir un golpe. Por último, hay un tercer tipo de tortícolis que puede ser congénita. Esta generalmente se detecta en bebés y es producida por una mala posición del feto durante el embarazo. Produce un acortamiento del músculo del cuello y puede requerir una cirugía ya que está derivada de deformaciones en la columna vertebral.
¿Qué se debe evitar para prevenir este problema?
- Una mala hidratación y una dieta muy baja en sal, pueden contribuir a que la tortícolis sea frecuente, especialmente si esta es provocada por un traumatismo.
- Si se sufre de tortícolis, no es recomendable usar cuellos ortopédicos que impidan la movilidad, excepto si el médico lo recomienda.
- Hacer ejercicios de estiramiento antes de hacer un ejercicio. Es mejor calentar los músculos y estirar al final del ejercicio.
- Exponerse a cambios bruscos de temperatura.
- Hacer movimientos bruscos.
Es importante consultar al médico para saber cómo tratar esta condición, especialmente si es recurrente, ya que puede estar relacionada con artrosis de cuello. La fisioterapia, tratamientos con terapia de calor y frío e incluso algunos medicamentos para el dolor, pueden ser eficientes para combatir el dolor y recuperar la movilidad del cuello.
En caso de que el dolor se irradie a los brazos, se sufra de vértigo, mareos o nausea, o si el dolor dura más de 4 días, es importante consultar con el médico.