La artritis y la artrosis son muchas veces confundidas o mencionadas como si fueran la misma enfermedad, pero tienen algunas diferencias importantes y hay que saber diferenciarlas. Ambas patologías afectan a las articulaciones y provocan mucho dolor, reduciendo la calidad de vida, pero tienen distintas causas, tratamientos y síntomas.
Hombre y mujeres pueden padecer estas enfermedades y ver su vida afectada por menor movilidad de articulaciones, rigidez y dolor que puede aumentar con el paso del tiempo si no hay tratamiento. Para poder distinguirlas, se deben conocer sus principales diferencias.
Artritis | Artrosis |
Ataca la membrana que recubre la articulación. | Ataca al cartílago del hueso. |
Produce inflamación de la articulación, dolor y rigidez. | No hay inflamación, pero hay dolor y rigidez. |
Aparece a cualquier edad. | Aparece con el envejecimiento. |
Es una enfermedad autoinmune | Aparece por la realización de actividades repetitivas durante la vida. |
La artritis ataca a una membrana llamada sinovial que recubre una articulación; esta membrana se puede inflamar por causa de un traumatismo, una infección o por un problema en el sistema de defensas que la ataca como si fuera un tejido extraño. Cuando una persona tiene artritis, siempre va a tener inflamación de su articulación comprometida. Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad aunque es más común entre los 20 y 40 años, con posible presencia de otros síntomas que no tengan que ver con las articulaciones. Es una enfermedad autoinmune en la que el reposo puede ser contraproducente.
La artrosis por su parte, aparece con el avance de la edad de una persona por un desgaste del cartílago de una articulación y no presenta otros síntomas relacionados. Los síntomas son el dolor y rigidez pero no existe inflamación. La artrosis generalmente aparece en pacientes que han tenido actividades repetitivas en su vida, en deportistas de élite o por traumatismos en articulaciones. Es una enfermedad que no tiene cura y que se degenera hasta inmovilizar completamente la articulación. Una persona con esta patología siente más dolor al moverse.
Las dos enfermedades comparten ciertos factores de riesgo como ser mujer, la menopausia o la obesidad, además de un factor genético.
El tratamiento en cada caso también es distinto.
El tratamiento de la artritis está enfocado en aliviar el dolor, reducir la hinchazón, reducir los niveles de ácido úrico, corregir la acción del sistema inmunológico, pero no todas las medicinas actúan de la misma manera en cada persona, por lo que el médico deberá encontrar el tratamiento adecuado. El ejercicio también es importante, sobretodo para fortalecer la musculatura, pero debe ser supervisado por el médico y se recomiendan sean de tres tipos: amplitud de movimiento para mantener la flexibilidad, fortalecimiento y de resistencia para tener un corazón fuerte. Siempre se debe realizar un calentamiento previo y un estiramiento al terminar. No se recomienda aplicar tratamientos no comprobados científicamente como la picadura de abejas o dietas que especiales que se anuncien como “curadoras”. La fisioterapia para manejar mejor la postura y el movimiento en las actividades cotidianas puede ser muy beneficiosa.
El tratamiento de la artrosis, al ser degenerativa, debe ser tratada con cambios de estilo de vida, como mantener un peso adecuado, una alimentación saludable, ejercicio que no sobrecargue las articulaciones y fisioterapia, además de medicamentos para controlar el dolor. La terapia de calor en la zona afectada ayudará a relajar la musculatura y el frío cuando hay brotes de dolor. La medicación puede ser a través de pastillas, geles tópicos o hasta infiltraciones directas en la articulación. El zapato debe ser muy cómodo y adecuado para no provocar malas posturas. Reducir el uso de tacones o de zapatos que tengan una suela muy fina. Se recomienda también los baños termales que tienen minerales beneficiosos para la artrosis.