Sobre la diabetes, se han creado una serie de mitos que pueden afectar negativamente a una persona que la sufre ya que pone en riesgo su vida. No darle importancia a la diabetes, es peligroso ya que causa más muertes al año que el cáncer de seno y el SIDA, es por eso que no es muy recomendable recurrir a tratamientos naturales o alternativos para controlar la diabetes o aun peor, para “curarla” ya que lamentablemente esta es una enfermedad progresiva que no tiene cura hasta el momento y debe ser muy bien manejada para que la calidad de vida del paciente sea la mejor posible.
Los primeros grandes mitos sobre la diabetes están relacionados a la alimentación. Se escucha comúnmente que los diabéticos deben eliminar por completo los carbohidratos de su dieta, pero esto es falso. Cuando se tiene diabetes se debe incluir ese tipo de alimentos midiendo bien las porciones, la clave está en encontrar cuál es la medida exacta para cada persona de manera que se pueda distribuir en las comidas del día. De la misma manera, los dulces o chocolates, pueden no ser eliminados por completo, se deben consumir con moderación en ocasiones especiales y haciendo balances con el resto de la alimentación. Las frutas, aunque son alimentos muy saludables, tienen mucha glucosa y carbohidratos por lo que tampoco se puede ingerir cualquier cantidad de ellas.
Tampoco es cierto que los alimentos para diabéticos o light se puedan consumir sin medida, muchos de ellos tienen carbohidratos y glucosa, que si no se consumen en el día pueden elevar el nivel de glucosa, por lo que hay que tener cuidado.
Se dice que la diabetes es provocada por las emociones, pero no es así. La diabetes es una enfermedad causada por fallas en el metabolismo, pero esta se demora en presentar síntomas claros. Si el cuerpo que ya es diabético se expone a mucho estrés o una emoción fuerte, produce adrenalina, esta hormona actúa en contra de la insulina y provoca una subida de glucosa alarmante detonando los síntomas de la enfermedad. De esta manera, se relacionan, pero no es la causa de la misma.
Por otro lado, la insulina, que permite el control de los niveles de azúcar en diabéticos, tiene también mala fama. Hay creencias de que al inyectársela, esta puede producir ceguera o amputaciones, cuando en realidad esos resultados se dan cuando hay una diabetes que no ha sido controlada a tiempo y se debe iniciar el tratamiento con la hormona. No todo diabético requiere de insulina y que el médico la recete no quiere decir siempre que la condición a empeorado, solamente que se debe cambiar el tratamiento para que se quede la enfermedad bajo control.
Es importante que las personas diabéticas se informen mucho sobre su enfermedad y pregunten a su médico todas sus dudas para evitar caer en dudas con rumores que no son ciertos y que puede llevar al paciente a tomar malas decisiones que pongan en riesgo su vida.