La gota es un tipo de artritis muy dolorosa que ocurre cuando el ácido úrico se acumula en la sangre y causa inflamación de las articulaciones. El ácido úrico es un químico que se crea cuando el cuerpo descompone unas sustancias llamadas purinas que se encuentran normalmente en las anchoas, hígado, frijoles, arvejas o cerveza. En situaciones normales, el ácido úrico se elimina a través de la orina, pero si el cuerpo produce demasiado de este químico o no puede eliminarlo, este se acumula en el líquido sinovial que rodea a las articulaciones y se forman cristales de ácido úrico. Estos cristales provocan la hinchazón e inflamación de la articulación.
Los depósitos de cristales de ácido úrico a menudo se acumulan en el dedo gordo del pie, aunque también se pueden ver en otras partes del cuerpo como bultos o formar cálculos en los riñones. La gota puede ser aguda si afecta a una sola articulación o crónica si se tiene varios episodios repetitivos de dolor e inflamación en más de una articulación. En la mayoría de personas, el primer ataque de gota se da con un dolor fuerte e intenso en el dedo gordo del pie y ocurre mientras la persona duerme. Este puede ocurrir una vez y no aparecer nuevamente en 6 o 12 meses. Se siente el dedo muy hinchado, tibio, enrojecido, rígido y adolorido. La gota también puede afectar al arco del pie, talones, rodilla, tobillos, muñecas, dedos de la mano y codo.
La causa exacta se desconoce, pero podría ser hereditaria. Esta enfermedad se presenta con más 4 veces más frecuencia en hombres, mujeres de más de 50 años, a medida que las personas envejecen y en personas que consumen mucho alcohol. Las personas que sufren de diabetes, enfermedad renal, obesidad, anemia o leucemia tienen más riesgo de gota.
El diagnóstico de la gota puede requerir un examen de sangre para saber la cantidad de ácido úrico que esta contiene. Además se analizará si hay ácido úrico en el líquido sinovial, si se ha tenido más de un ataque de gota aguda y si este ha sido en el dedo gordo del pie, tobillo o rodilla. Si se desarrolla gota crónica, se perderá la movilidad de la articulación afectada y podrán sentir dolor la mayor parte del tiempo. Con el tiempo, si la gota no se trata, aumentará la probabilidad de cálculos renales y de insuficiencia renal crónica.
Los ataques de gota se pueden prevenir con cambios de dieta y siguiendo las recomendaciones del médico. Se debe reducir mucho el consumo de cerveza y el alcohol en general, pero el vino en pocas cantidades puede ser beneficioso. Se debe tener un peso óptimo, el exceso de peso puede empeorar el dolor. Se recomienda también el ejercicio diario, tomar mucha agua, bajar el consumo de carnes rojas y de bebidas azucaradas, tomar café y suplementos de vitamina C y en general aumentar el consumo de fibra, frutas, verduras y lácteos.