La bursitis es una enfermedad de los tejidos blandos que afectan las estructuras que cubren a las articulaciones. Cuando se inflama la bursa, que es un saco lleno de líquido que sirve de amortiguación entre los múculos y tendones o entre músculos y huesos, produce mucho dolor. Generalmente esta inflamación, es el resultado de una sobrecarga de la zona afectada por mucho entrenamiento físico, cambio brusco e intenso de actividad o por el sobrepeso. En otros casos, puede estar relacionada a la artritis reumatoide, gota o infección y a veces la causa es desconocida.
Conforme avanzamos en edad, la bursitis se puede hacer más común si no existe un plan de prevención. Es muy frecuente que se presente en rodilla, hombro, codo, cadera y en algunos casos en el tendón de aquiles y pie. Los corredores, tenistas, albañiles, jardineros, pueden tener más riesgo de tener la enfermedad, ya que sus actividades requieren el esfuerzo de las mismas articulaciones continuamente. En caso de tener esta enfermedad, las personas pueden sentir:
- Sensibilidad y dolor articular cuando hay presión.
- Rigidez cuando se intenta mover la articulación.
- Hinchazón, calor o enrojecimiento.
- Dolor en reposo y en movimiento en la zona afectada.
- Dolor que se extiende a otras zonas cercanas.
Una vez que se haya identificado la bursitis es importante prevenir nuevas inflamaciones cambiando las actividades que causaron el problema en primer lugar. Es importante corregir, si hay diferencias, la longitud de las piernas; cuidar la postura, cambiar la técnica de un ejercicio y probablemente, se necesite la ayuda de fisioterapia para lograr modificar estos comportamientos. Para no volver a tener un episodio, se deberá tomar en cuenta:
- Que se debe estirar y calentar las articulaciones que se van a trabajar durante el ejercicio físico.
- Se debe hacer ejercicio de fortalecimiento muscular para proteger las articulaciones.
- Si se debe hacer trabajos repetitivos, se debe tomar pausas frecuentes.
- En caso de sostener algo pesado, se debe usar las dos manos.
- Si se prueban nuevos ejercicios físicos, hacerlos poco a poco, para lograr que el cuerpo se acostumbre.
- Hacer ejercicios de amplitud de movimiento para evitar la rigidez.
- Sentarse en sillas acolchadas.
- Si se debe levantar algo del piso, se debe doblar las rodillas y no la cadera.
- Usar zapato cómodo y de acuerdo a la actividad física. Si se va a correr, es importante que el calzado sea específico para ese deporte, ya que brinda más soporte.
Para tratar esta enfermedad, se puede requerir también una visita a un reumatólogo y además tener cuidados en casa para aliviar el dolor. Se puede aplicar hielo varias veces al día durante los primeros días, no dormir o apoyarse sobre la articulación afectada, colocar una almohada entre las rodillas para dormir y en lo posible, bajar de peso si este es más elevado de lo recomendable.